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miércoles, 23 de septiembre de 2009

Endeudamiento


Hemos repasado el presupuesto, que podría considerarse la base o el punto de partida de las finanzas personales. Muchas personas por la falta de un presupuesto resultan con compromisos económicos con terceras personas. Recordemos que si el flujo de efectivo no es positivo (ingresos vrs gastos), sólo hay dos posibles explicaciones: 
a)consumiste parte de tus ahorros, ó 
b)te endeudaste.

El endeudamiento tiene bastantes aristas, que es necesario considerar. En primer lugar, el endeudamiento es una herramienta excelente para lograr las metas financieras, por ejemplo, si quiero comenzar un negocio, y no tengo el suficiente capital para hacerlo. También es una buena forma de adquirir bienes materiales o servicios sin hacer un desembolso grande de dinero, como comprar una casa, un carro, un viaje, etc. Todo ésto sujeto a un análisis financiero que permita tomar una decisión acertada.

Otro punto importante, y muchas veces no tomado en cuenta, es que la responsabilidad de una deuda es del deudor (quien la contrae) y no el acreedor. Es decir, puedes echarle la culpa al banco por regalarte la tarjeta de crédito, o por darte tanta facilidad para pedir el préstamo de tu carro, pero al final de cuentas, fuiste libre para decidir, por lo que tienes que enfrentar las consecuencias de tus actos y hacerte responsable por esa deuda. Muchas personas se excusan, culpando al banco, a la tarjeta de crédito, a la publicidad, a la sociedad de consumo, o a cualquiera que se ponga enfrente, sobre las deudas que han adquirido.

Algunos autores han clasificado las deudas como a)buenas, b) malas. La distinción entre una deuda buena y una deuda mala depende del punto de vista de cada quien. Alguien como Robert Kiyosaki puede decirte que si tú estás pagando esa deuda, es una deuda mala (en el futuro vamos a tratar de ampliar en la filosofía de Kiyosaki). Si no quieres irte al extremo, una deuda mala podría considerarse aquella que utilizas para adquirir bienes o servicios de consumo, por ejemplo un viaje, un carro, una T.V., etc. Una deuda buena es aquella que utilizas para adquirir activos, que te generan ingresos, por ejemplo una propiedad, un negocio, etc.

El punto principal de éste tema es que si tienes grandes deudas, por ahí empezará tu camino hacia tu Libertad Financiera. Es decir, haces tu presupuesto (pues obviamente no lo tenías, de lo contrario no hubieras llegado al nivel de endeudamiento en que te encuentras), y haces un plan para salir de deudas.

Lo que debes saber es que ser un buen pagador tiene buenas consecuencias, como mejores tasas de financiamiento, créditos otorgados más fácilmente, etc. Si tienes una deuda, y se te hace difícil enfrentarla, lo más importante es no “desaparecerte”. Da la cara, visita a tu acreedor, preséntale un plan de pagos, y déjale bien claro que no estás rehuyendo a tu responsabilidad, y que lo que buscas es honrar tus compromisos. Esa actitud seguramente te será de gran utilidad.

Con mis clientes analizamos detenidamente el nivel de endeudamiento que tienen, y en base a su presupuesto elaboramos un plan para salir de deudas. En los siguientes artículos revisaremos más información sobre éste tema, y analizaremos algunos ejemplos de cómo salir de deudas.


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miércoles, 16 de septiembre de 2009

Ideas sobre el Presupuesto



Hemos visto los aspectos más importantes sobre el presupuesto. He tratado de recalcar que tu presupuesto depende de ti, sólo tú sabes lo que más te conviene, cuales son tus metas y tus sueños, y también eres tú quien tiene que decidir en qué te gastarás tu dinero.

Lo que te deja el presupuesto es la información sobre tus ingresos y tus gastos. Sin embargo, aquí no termina la historia. También te planteé una forma para poder hacer tu presupuesto partiendo de cero. Lo más importante del presupuesto es que lo cumplas, y para cerciorarte de que así suceda tienes que darle seguimiento, y esto implica un esfuerzo.

Este esfuerzo puede ser una hora a la semana, o tres horas al mes, dependerá del grado de complejidad que tienen tus finanzas. Puede ser que sólo tengas una fuente de ingreso (por el momento), y varias categorías de gastos.

Conforme vayamos avanzando en el proceso, la idea es que logres tener múltiples fuentes de ingresos, y que mantengas tus gastos controlados. También te irás dando cuenta si tu presupuesto te está dando la información que te sirve, o si debes hacer ajustes en las categorías.

Para darle el seguimiento al presupuesto, debes realizar un estado de flujo de efectivo, que yo llamo el “Cierre” del mes, y consiste en recolectar toda la información de ingresos y gastos reales del mes, y lo compares con tu presupuesto. Para armar éste cuadro utilizas la misma distribución de cuentas que utilizaste en tu presupuesto, y puedes ir comparando categoría por categoría y ver si necesitas hacer ajustes.

Otro punto importante es que hagas una proyección anual de tu presupuesto. Existen ciertos gastos que tienes en meses específicos, como el impuesto de circulación de vehículos, regalos, licencia de conducir, etc., que deberás proyectarlos en los meses en que deberás hacerlos, y así poder cumplir con esas obligaciones en el momento preciso y evitar endeudarte para afrontarlos.

Si estás comenzando con tu presupuesto, es conveniente que coloques una categoría de imprevistos, en la cual consideres una cantidad acorde a tu nivel de ingresos. Esta cantidad deberá ir disminuyendo conforme vayas afinando tu información.

Para recalcar la importancia del presupuesto, te dejo con una frase de una escritora que se llama Jeni Mumford: “La felicidad se alcanza incluso con un presupuesto limitado. Sin embargo, la infelicidad está garantizada si pierde el control de sus gastos”.

En los próximos artículos comenzaremos a abordar otros temas importantes para alcanzar tus metas financieras.


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martes, 1 de septiembre de 2009

El Flujo de Efectivo


Aquí viene el momento de la verdad. Tienes tu presupuesto de ingresos y de gastos, y sacas la diferencia entre ambos. En teoría, tus ingresos debieran ser mayores o iguales a tus gastos. En la realidad, tus gastos pueden ser mayores, sólo que tendrías que haber tomado alguno de los siguientes caminos para cubrir el diferencial:
  • Consumes tus ahorros

  • Te endeudas
Ahora, ésta situación no parecería buena, aunque no debemos sacar conclusiones rápidas, que pueden resultar erróneas. Miremos un ejemplo: “Has ahorrado durante un año para comprar la televisión que tanto deseabas. Harás un desembolso por el valor total de la televisión, lo que es mayor que la cantidad que ingresaste ese mes”. Entonces estás consumiendo ahorro que con ese fin habías acumulado en los últimos meses. No hay problema.

Ahora, vamos a darle un pequeño giro, un poco más apegado a la realidad: “Tu vecino compró una super T.V., y tú sientes que no puedes quedarte atrás. Sales corriendo a la tienda más cercana, miras una “tele” igual, o incluso mejor que la del vecino, y la compras al contado, descontando directamente de tus ahorros”. En teoría ésta opción no está tan mal. Bueno, está mal dejarte llevar por lo que hizo el vecino, pero al final puede ser que esos ahorros los tenías para emergencias, para alguna compra en particular, o para tu retiro. Al final, el desembolso que tuviste fue mayor que los ingresos del mes, pero no te endeudaste para conseguirlo.

Por último, el caso típico (desafortunadamente): “Sales corriendo a la tienda más cercana, miras la T.V., te imaginas viendo tu programa o tu deporte favorito, lo sacas a cómodas mensualidades “sin intereses”, o peor aún, lo pagas con tu tarjeta de crédito, y listo”. Tu flujo de efectivo de éste mes saldrá perjudicado, y también el de los siguientes meses.

La diferencia entre los anteriores casos es clara. La primera opción podría considerarse la “ideal”, postergar la gratificación de tener la tele, ahorrar un poco cada mes, y cuando tienes el ahorro suficiente vas a comprarla. Lo bueno de la tecnología es que probablemente consigas algo mejor por el dinero que ahorraste, o lo que ibas a comprar está más barato que un año atrás.

En el segundo caso, consumes ahorros que tenías para otro fin. No postergaste la gratificación, pero tampoco incurriste en deudas que no sabías si ibas a poder honrar. Lo malo de ésta opción es que estás consumiendo ahorro, que podrías haber puesto a trabajar para ganar más dinero (como analizaremos en futuros artículos).

La última opción es la causa de los desvelos y angustias de muchas personas en el mundo entero. No tiene “ni donde caer muerto”, se gasta mensualmente lo que gana (pues no tiene nada de ahorros), y por si fuera poco, adquiere una deuda por varios meses, que “a ver cómo le hago” para pagarla.

Espero que con éste ejemplo hayas comprendido la importancia del flujo de efectivo, y de que siempre sea positivo. La situación de tener flujos negativos no te llevará a ningún lado. En algún momento consumirás todos tus ahorros, o te darás cuenta de que las deudas te están “ahogando”. Lo más triste será cuando llegue ese momento en que descubras que estás viviendo por encima de tu realidad, y estés acostumbrado a ese nivel de vida que no puedes darte.

Algunos autores, como Robert Kiyosaki, aseguran que el flujo de efectivo es el principal parámetro de tus finanzas personales. Para mí es uno de los principales indicadores, que es importantísimo medir, pues la información que lleva implícita es muy útil para tomar decisiones conscientes sobre el mejor uso que puedes darle a tu dinero. Más adelante compartiré contigo otros indicadores que complementan tu información financiera. 


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