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miércoles, 24 de noviembre de 2010

España, entre la reforma a las pensiones y los analfabetos empresariales

He leído en éstas últimas semanas algunas notas referentes a España, y me han llamado mucho la atención. Definitivamente todos los países latinoamericanos estamos influídos por España, no sólo por la herencia cultural fruto del descubrimiento y colonización de los pueblos primitivos que habitaban éstas tierras, sino por la gran cantidad de españoles que han emigrado desde hace ya más 500 años a éste continente, instalándose en nuestros países, formando empresas, y “echando raíces”. Personalmente tengo ascendencia española, tanto de mi abuela materna, como mi bisabuelo paterno, del cual heredé el apellido. Ahora que estoy trabajando en mi proyecto genealógico, he podido constatar que tengo ascendencia española en varias ramas, aunque un poco más lejanas.

Entrando en materia, desde hace algún tiempo quería compartir mis ideas sobre los sistemas previsionales. En España, la reforma a las pensiones ha sido un tema de noticias desde hace algún tiempo. Desafortunadamente, en mi opinión, hay mucho de emocional y poco de racional en toda la discusión.

Como abiertamente he dicho en varias ocasiones en éste blog, soy un defensor y fiel creyente de la libertad de cada individuo para tomar las decisiones que afectan su vida, y por lo tanto, en mi opinión, no existe mejor reforma a las pensiones que abrir el mercado y dejar que entren nuevos oferentes privados, para que así el consumidor, que somos tu y yo, podamos elegir a quién confiamos la administración de nuestros ahorros para el futuro. Conste que si nos vamos a la raíz del problema, podríamos incluso cuestionar la existencia de éstos fondos de pensiones obligatorios, pero no creo que convenga entrar aquí a ese pozo tan profundo.

Partiendo de que existe hoy en día, con un sistema previsional monopólico, controlado por el estado (en España, Guatemala, y casi el resto del mundo, con muy contadas excepciones), mi propuesta sería hacer lo que hizo Chile en 1980, de la mano de José Piñera, padre del actual presidente chileno, quien formaba parte del grupo de los “Chicago Boys”. Ellos realizaron el cambio al sistema en su país, y que por cierto ha demostrado ser sumamente exitoso. Una reforma que abrió el mercado a la competencia, permitiendo que entidades privadas ofrecieran los servicios y que los consumidores pudieran elegir la institución que desearan. Un sistema sin duda ha empoderado a los chilenos, permitiendo tomar sus propias decisiones, y si, haciendo a cada quien responsable de las consecuencias de dichas decisiones. Al final es cada persona quien decide en qué institución coloca su dinero, y así elegirá donde lo atiendan bien, le paguen la mejor tasa de interés, su dinero esté lo más seguro posible, y le ofrezcan las mejores condiciones.

Las pensiones en Chile (y otros países que han hecho la reforma en la misma línea) funcionan con un sistema de capitalización, en el cual tú tienes el control sobre lo que has depositado, como si fuera una cuenta de ahorro, recibes tus estados de cuenta, y sabes en cualquier momento cuánto tienes. Si decides cambiarte, puedes reclamar tu dinero y te vas a otra empresa.

En Guatemala, así como en muchos otros países, los sistemas son administrados por el gobierno, quien nombra la Junta Directiva de la institución administradora. El sistema es básicamente de tipo Ponzi, es decir, un sistema de reparto, donde el dinero que te descuentan mensualmente de tus ingresos sirve para pagar las pensiones de quienes ya están jubilados. Así que lo único que tu puedes esperar, es que cuando tú te retires, y quieras cobrar tu pensión, existan suficientes personas trabajando y aportando dinero al fondo para que puedas cobrar tu jubilación. Cosa que se ha puesto muy complicada en España y en general en toda Europa, con tasas de crecimiento poblacional negativas, y una mayor longevidad, lo que se traduce en que cada vez hay menos gente trabajando para pagar las jubilaciones de una mayor cantidad de personas, que viven más tiempo. El resultado, el sistema está en quiebra.

La solución que proponen los gobernantes incluye aspectos básicamente estéticos, que generalmente son adversados por la mayoría de los involucrados, sobre todo los jubilados y los próximos a jubilarse. Entre éstas medidas están:
  • Aumentar la edad de jubilación
  • Reducir el monto de las jubilaciones
  • Incrementar la tasa de aporte
  • Reducir los beneficios
Por eso mi propuesta, para todos los españoles, es que presionen para que la reforma vaya más encaminada hacia la búsqueda de una mayor libertad, cambiar el actual sistema de reparto por un sistema de capitalización, que permita a cada quien tomar sus propias decisiones, y elegir lo que crea más conveniente. Obviamente el gobierno deberá subsidiar a quienes hoy en día están amarrados al sistema actual y no pueden salirse, como por ejemplo lo jubilados. Y hago extensiva ésta propuesta para Guatemala y el resto de países que tienen éstos sistemas obsoletos, insostenibles, politizados, corruptos y corruptores.

Por otro lado, y a modo de corolario, me gustaría compartir contigo un artículo muy interesante que leí, en el cual se dice que en España no existe una cultura emprendedora, lo que se ve reflejado en una baja competitividad y la intervención estatal en prácticamente todos los ámbitos de la vida privada. Muchos jóvenes miran con malos ojos a los empresarios, y en general su mayor anhelo es conseguir un buen empleo. Esto puede en parte explicar la gran cantidad de desempleados que hay hoy en día. Y entre éstos desempleados, según un estudio, únicamente la tercera parte está considerando como opción iniciar su propio negocio. La situación se torna bastante lógica, y no es difícil explicar que si no hay una gran cultura emprendedora, no se crean las suficientes plazas de trabajo para emplear a todas las personas que desean trabajar.


Como estoy haciendo propuestas, en éste caso se me ocurre que tú tomes las riendas de tu vida, desempolves esas viejas ideas de negocios que seguro has barajado en algún momento, pongas a volar tu creatividad e imaginación, y te decidas a iniciar tu propio negocio. Estoy seguro que será un camino largo y difícil, pero también podrás cosechar grandes éxitos y satisfacciones. Y esa propuesta no es únicamente para los españoles, también para compatriotas y todos mis vecinos latinoamericanos.

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