Hoy tengo el agrado de presentarte a Liliana Costa, quien amablemente ha aceptado la invitación a escribir un artículo con los lectores de Instructor Financiero.
Ella es comunicadora y articulista. Se licenció en Ciencias de la Comunicación Social en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es Master Executive en Ciberperiodismo y Tecnologías de la información en la AECED por la Universidad de los Pueblos de Europa. Actualmente trabaja como redactora, colaborando con numerosos portales web y periódicos digitales en España y Sudamérica. Posee altos conocimientos en sociología y economía social así como en cultura popular.
Te dejo con su artículo:
Muchas veces, cuando no estamos contentos con el trabajo que tenemos o no encontramos ningún empleo que se acerque a nuestro trabajo soñado, quizás ha llegado el momento de optar por una aventura empresarial y convertirnos en nuestros propios jefes. Como es lógico, esta idea puede echarnos atrás si carecemos de suficiente dinero como para hacer la inversión inicial para montar una empresa, aunque en dicho caso lo que tenemos que hacer es optar por convertirnos en microemprendedores, levantando una empresa con una inversión mucho menor. Para esto lo mejor es asumir la falta de inversión y suplirla con más esfuerzo y creatividad, por ejemplo, busca a los mejores empleados dándote a conocer en las redes sociales y poniendo anuncios en las páginas web de anuncios clasificados en lugar de recurrir a empresas que se encarguen de ello; u opta por crear las oficinas iniciales de tu empresa en una habitación de tu hogar, o en el garaje, antes que gastar en el alquiler de unas instalaciones.
Ser microemprendedor no tiene porque ser fácil, pero puede entrañar unas dificultades asumibles totalmente, incluso que se pueden tomar con alegría e ilusión. No olvidemos que al emprender no estamos vendiendo nuestro esfuerzo a cambio de una cantidad concreta de dinero, sino que invertimos dicho esfuerzo para ser dueños totales de sus posibles éxitos y fracasos. De este modo es cierto que nos arriesgamos a perder tiempo y dinero, pero en caso de éxito, el cual siempre es posible, podemos obtener una recompensa inmensa, no sólo por los beneficios económicos, sino por la satisfacción de haber levantado algo desde la nada y haber triunfado. Así que si quieres aventurarte a ser un microemprendedor no lo dudes, ten confianza en tu idea y esfuérzate al máximo. Para ayudarte te proponemos unos consejos tan básicos como útiles.
- Estudia tu idea a fondo. Aunque pienses que tu idea de negocio es infalible, ponla siempre en cuestión. Piensa todo lo que vas a necesitar para triunfar, desde proveedores hasta clientes, y reflexiona sobre cualquier cosa que pueda salir mal para tener un plan de contingencia. Piensa que todo va a salir bien pero prepárate para lo peor.
- Suple la carencia de dinero con imaginación y trabajo duro. Cuando te encuentres con un escollo financiero, dale mil vueltas a la cabeza hasta que puedas superarlo sin tener que gastar mucho dinero. No te desanimes si ves que al principio trabajas mucho sin ganar dinero, pues piensa que todo ese esfuerzo inicial no es tiempo perdido, sino una inversión de cara a que cuando se produzcan beneficios estos sean aún mayores.
- No arriesgues demasiado. Desgraciadamente el fracaso es una opción que está presente, por lo que tenemos que ser conscientes de ella y no negarla. Esto quiere decir que si fracasamos no podemos caernos del todo, para poder levantarnos rápidamente y volver a intentarlo. Así que recuerda que te puedes permitir perder algunos ahorros, pero nunca más de lo que tienes, ya que un fracaso empresarial no debería traducirse en deudas a largo plazo que pueden afectar negativamente más allá de la caída de un negocio.
- Ten siempre más de un proyecto. Aunque dediques casi todo tu esfuerzo a levantar tu proyecto de microemprendedor, no olvides al menos anotar todas las ideas que se te ocurran, y si tienes algo de tiempo meditarlas un poco. Como ya hemos dicho, el fracaso es una opción, pero una opción que debe superarse rápidamente e intentar un nuevo negocio con la mayor brevedad.
L. Costa