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jueves, 21 de noviembre de 2013

El papel de los especuladores

Ahora está muy de moda culpar a los especuladores de muchos de los males que sufre la economía de un país. En éstos tiempos que vivimos, los gobernantes creen que son capaces de manipular los precios, poniendo precios tope, o precios mínimos, o aranceles, o impuestos, demostrando con esto una completa ignorancia sobre cómo es que funciona la asignación de precios. Y muchas veces buscan culpables y no precisamente la solución de los problemas. 

Vemos ejemplos de los resultados terribles que provocan las acciones de los gobiernos, en casi cualquier país del mundo. Hay casos en países como Venezuela, donde los controles de precios están incluso provocando escasez de productos tan básicos como el papel higiénico.  

El objetivo de éste artículo es aclarar el papel real que juegan los especuladores en la economía, y eliminar el estereotipo que hay sobre ellos, para que comencemos a buscar las causas reales de los problemas. 

Los especuladores (o acaparadores) 
Para comenzar, vamos a decir que el especulador es un actor importante en el juego económico. Su principal objetivo es obtener una ganancia de ciertas transacciones económicas, como cualquier otro que invierte y espera un retorno. Básicamente lo que busca es “comprar barato para vender caro”, como lo hace cualquier comerciante. Hay que tomar en cuenta que él corre riesgos al realizar éstas transacciones, pues en ocasiones puede que acierte, y en otras puede que no. 

La consecuencia no intencionada de las acciones del especulador, es eliminar las variaciones bruscas en los precios. Vamos a ver por qué es esto. 

Ley de la oferta y la demanda 
Por la ley de la oferta y la demanda, sabemos que cuando los precios de algún bien o servicio están bajando, es porque hay poca demanda, o exceso de oferta, de éste bien o servicio. También sabemos que cuando los precios de un producto o servicio están subiendo esto se debe a que hay una escasez de oferta, o un exceso de demanda de dicho producto o servicio. 

El papel del especulador 
Lo que hace el especulador es que cuando los precios han bajado lo suficiente, él compra. Esto lo hace si tiene cierto nivel de certeza (o de esperanza) de que dicho producto, al cabo de un tiempo determinado, incrementará de nuevo su precio. Cuando llega éste momento, el especulador vende y obtiene una ganancia. Éste es el punto donde los gobernantes y algunas personas comienzan a satanizar éstas acciones. Por ejemplo si el producto en cuestión es un bien “vital”, como por ejemplo granos básicos, dicen que los precios están subiendo, culpa de los especuladores que “acaparan” los productos, mientras hay gente “muriéndose de hambre” por la falta de alimentos. 

Las acciones del especulador 
Analicemos que pasa en esos dos momentos específicos donde se realizan las acciones básicas del especulador: 

Cuando compra: Existe una sobreoferta del producto en cuestión, lo que ha hecho que los precios de dicho producto caigan a niveles muy bajos. Los productores, mayoristas, distribuidores y demás eslabones de la cadena de distribución del producto están preocupados, ya no saben qué hacer, sus negocios están viniéndose abajo, tienen pérdidas, no pueden pagar sus costos operativos. No es que el producto en cuestión no sea deseable por los consumidores, sino que simplemente no tienen los recursos disponibles para adquirirlos en éste momento. En medio de ésta preocupación, aparece el especulador, y sabiendo (o pensando) que la situación es temporal, y que los precios tarde o temprano comenzarán a subir de nuevo, deciden comprar. Vale decir que hay especuladores más “exigentes” que otros. Habrá quienes quieren comprar muy barato, con tal de obtener una ganancia muy grande, o muy rápida, y habrá otros que se conforman con ganancias más pequeñas, o de más lenta recuperación. Cuando el especulador compra, genera una demanda adicional de esos productos, lo que provoca que los precios dejen de caer. Cabe resaltar que en momentos como éste, donde los precios caen, habrán fabricantes, o algunos otros participantes de la cadena de distribución que tendrán que cerrar sus operaciones. 

Cuando vende: Cuando la economía va en plena recuperación, los fabricantes y toda la cadena de distribución están contentos porque los precios comienzan a subir. Esto es seña de que los consumidores están mejorando su situación personal, y pueden destinar parte de sus recursos a la compra de éste bien o servicio. Los especuladores también se alegran, pues su decisión comienza a parecer acertada. Los precios siguen subiendo, pues con la crisis algunos fabricantes y distribuidores cerraron sus operaciones, y hay poca oferta para suplir toda la demanda. De nuevo, habrá especuladores más “avariciosos” que otros, pero tarde o temprano empezarán a vender. Al inyectar ésta oferta de productos a la economía, lo que logran es nivelar, hasta cierto punto, la oferta y la demanda, y con eso lograr que los precios se estabilicen. Cabe resaltar también que cuando los precios comienzan a subir, comienzan a ingresar al mercado otros oferentes de dichos productos. 

Consideraciones adicionales 
En esos dos puntos específicos del proceso económico, me gustaría hacerte notar un par de detalles: 

Orden espontáneo: Como podrás darte cuenta, la economía funciona de forma espontánea. Hay gente que toma buenas decisiones y le va bien, y hay otros que toman decisiones incorrectas y les va mal. Puede ser que el especulador compre o venda en el momento equivocado, lo que provoque su ruina. Puede ser que un fabricante decida reducir su producción antes de que la demanda se venga abajo, y con eso logre reducir sus pérdidas. Para mí, entender esto es fundamental, pues no es posible que un gobernante, ni aunque fuera el mayor “iluminado” de éste planeta, pueda prever todas las decisiones económicas que generan éstos movimientos económicos, y por lo tanto, cualquier acción que tome tratando de manipular los precios, provocará males peores que los que quiso sanar. 

Consecuencias no intencionadas: También te darás cuenta que el especulador, cuando toma sus decisiones de compra y venta, favorece a otras personas. Su intención en todo momento es obtener una ganancia personal, pero al buscarla, favorece tanto a fabricantes, distribuidores, detallistas y consumidores. Y siempre favorece a todos. Piensa que al fabricante no le favorece que los precios suban indefinidamente, pues eso es seña de que nadie está comprando su producto. Al consumidor no le conviene que los precios bajen indefinidamente, pues eso será seña de que nadie (él incluido) puede comprarlo. Así que con las acciones del especulador, todos, incluso él, salen ganando. 

Un ejemplo más aterrizado 
Para simplificar éste tema, vamos a poner un caso que podría pasarnos en la vida real. Supongamos que yo tengo un problema económico, y necesito de urgencia vender mi vehículo. No es que no me sirva, simplemente en éste momento tengo otras necesidades que resolver. El precio de mercado de mi vehículo es de $10,000. Sin embargo, el tiempo apremia, y yo no puedo esperar a poner un anuncio en la prensa, o en internet, y esperar un mes para ver si se vende a ese precio, y después que el banco apruebe el crédito del comprador, trámites legales, etc. Yo necesito el dinero ésta semana. 

Yo sé que tú tienes unos ahorros, y podrías comprar mi vehículo. También sé que tú tienes tu propio vehículo, y no necesitas otro. Me decido a ofrecerte una buena oferta: Te lo vendo en $8,000. Tú lo analizas, miras en los anuncios clasificados, y descubres que el valor de mercado del vehículo es de $10,000, por lo que haces los números, y te das cuenta que si te tardas 2 meses en venderlo, a $10,000, tendrás un ROI de 150% proyectado anualmente. Decides comprarme mi vehículo en esas condiciones, pactadas de común acuerdo, y que de paso, nos beneficia a ambos. 

Conclusión 
Espero que éste artículo haya logrado su objetivo, de romper los paradigmas que rodean la imagen del especulador. Si todos lo entedemos, podremos enfocarnos en buscar las causas verdaderas de los problemas económicos, y plantearnos soluciones que sean reales y sostenibles en el tiempo.