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martes, 24 de noviembre de 2009

Salir de Deudas


Hemos estado tratando el tema del endeudamiento, que resulta importante e imprescindible para lograr la libertad financiera, por el simple hecho de que mientras debas dinero a alguien más, no sólo estás pagando intereses que son recursos que podrías utilizar en adquirir activos que te generen ingresos, sino que además mientras tengas una deuda, y sobre todo si has perdido el control de ella, lo más probable es que no te sientas LIBRE.

Existen algunas aspectos importantes a tomar en cuenta para analizar a fondo la situación. Por ejemplo, un banco te puede autorizar un crédito de hasta el 33% de tus ingresos. Obviamente, si estás endeudado por un 10% de tus ingresos, un banco te prestará hasta un 23% de los mismos. Si nos basaramos a ésta lógica, tu máximo endeudamiento sería un 33% de tus ingresos. Sin embargo, ésta misma lógica no siempre funciona, pues existen otras herramientas de endeudamiento que pueden hacer mucho más crítica la situación, como por ejemplo las tarjetas de crédito.

Asumamos por un momento que te encuentras en una situación “delicada” de endeudamiento. Puede ser que estás pagando tu casa, o tu vehículo, la T.V. de plasma, la emergencia que te surgió hace unos meses y para la cual no estabas preparado, las tarjetas de crédito están a tope, o... todas las anteriores.

Sin entrar en mayores detalles, la situación no “pinta” nada bien. Podríamos decir que tu nivel de endeudamiento es riesgoso, y eso se refleja en todas las facetas de tu vida: pérdida o ganancia de peso, falta de sueño, falta de energía para enfrentar cada día, enfermedades recurrentes, problemas familiares y/o conyugales, alejamiento de amistades, estrés constante, etc.

Aquí te doy algunas pistas de por donde debes empezar para remediar la situación:
  1. Toma la responsabilidad del caso, no niegues tu situación, no culpes a nadie más, no te estanques en autocríticas y lamentaciones: Dedídete a cambiar la situación, que sóla no lo hará
  2. Informa a tu núcleo familiar sobre tu situación: Las personas que viven contigo tienen el derecho y la obligación de saber lo que está pasando. Probablemente ellos han contribuído con su parte a que tu situación sea la que es hoy en día, así que también deben formar parte de la solución
  3. Deberás hacer lo que NO has hecho hasta el día de hoy: UN PRESUPUESTO. Si lo hubieras hecho, probablemente no habrías caído en la situación en la que estás. Irremediablemente tendrás que priorizar tus gastos y eliminar los que sean innecesarios. Además, tus ingresos deberán alcanzar para pagar las deudas, además de cubrir los gastos vitales que no podrás eliminar
  4. ¿Y qué pasa si no me alcanza? Pues tendrás que hacer recortes drásticos en tus gastos, llegando inclusive a vender el vehículo, la casa, la T.V., o cualquier otra cosa que estás pagando y que puedas prescindir de ella. Podrías buscar nuevas fuentes de ingreso, como otro trabajo, un negocio, etc. Podrías también declararte en bancarrota, o renegociar la deuda en el banco, aunque eso no es lo más aconsejable, pues seguramente tu record crediticio quedará dañado (más de lo que seguramente ya está)
En el siguiente artículo comenzaré a detallar una situación ficticia, pero realizada con datos reales, en la cual analizaremos varias opciones para pagar las deudas. Por el momento es importante que evalués tu situación de endeudamiento, y si no es tan crítica, de todas formas deberás tomar en cuenta los consejos para pagar las deudas, y evitar caer en una situación más delicada.

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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Pago de Deudas


Hemos repasado los aspectos más importantes sobre el ahorro para el retiro. Ahora voy a ahondar un poco en el tema del pago de deudas, que he tratado en anteriores artículos. La importancia de éste tema es que si tienes un nivel de endeudamiento alto, tu situación financiera es delicada, en el mejor de los casos, y deberías concentrarte en pagar tus deudas para poder dedicarte por completo a construir tu patrimonio, aumentar tus ingresos pasivos, y encaminarte hacia la libertad financiera.

Para empezar, quisiera dejar claro que una deuda es un compromiso voluntario que tu adquiriste. Partimos de la base que nadie te obligó a endeudarte, y que tu eres el principal, si no único, responsable de que dicha deuda exista en primer lugar. Pienso que un punto muy importante es no eludir dicha responsabilidad, achacándosela al banco, a la tarjeta de crédito, a la sociedad de consumo, a tu conyugue, a tus hijos, o a nadie.

Existen ocasiones en que alguien puede decir que tuvo una emergencia que lo forzó a endeudarse, pero hemos visto que una parte muy importante del camino que estás recorriendo es formar tu fondo de emergencias, así que en teoría, ésta tampoco debiera ser tu justificación.

El siguiente punto importante es que existen deudas caras y deudas baratas. Un ejemplo de deuda cara es por ejemplo la tarjeta de crédito. Si tienes un saldo atrasado el día de la fecha de corte, te van a cobrar en el mejor de los casos un 18% de intereses, llegando en algunos casos a tasas del orden del 42% (Creo que en Europa y EEUU no llega a ser tan alta, pero al menos en Guatemala sí, y supongo que la situación es parecida en toda América Latina).

Existen deudas baratas, por ejemplo, algunos bancos ofrecen créditos llamados back to back, en los cuales la garantía son certificados de depósitos o fondos privados de pensión. Es decir, la garantía del banco es dinero que ya tienes depositado con ellos. La tasa neta en éstos casos puede llegar a ser tan baja como un 3%. Cuando digo tasa neta me refiero a la diferencia entre lo que pagas de interés por el dinero que te prestan y lo que te pagan por el dinero que tienes en garantía.

Existen otras deudas que pueden considerarse baratas, o incluso “gratis”, pero que al final resultan muy caras. Por ejemplo, si te presta dinero un amigo o un familiar. Puede ser que te cobre una tasa de interés bastante baja, o incluso no te cobre intereses. Mientras le pagues lo que acordaron, y él no necesite la plata, puede ser que todo marche sobre ruedas. Sin embargo, casos se han visto de separaciones familiares y amistades desechas por problemas de éste tipo. Y aunque pienses que no va a llegar la situación a ese extremo, no deja de ser incómodo. Por ejemplo, asumamos que le debes $200 a tu hermano, y le pagas mes a mes lo acordado, y de repente decides comprar un reloj de $300. Puede ser que tu hermano sienta que antes de adquirir ese reloj, debieras haber honrado tu deuda, y lo más triste del caso, es que tu hermano tendría razón.

Ahora la pregunta es, ¿Por qué nos endeudamos? La respuesta más probable a esa pregunta es: Porque quisimos darnos un nivel de vida que no es el que podíamos darnos. Y es triste, pero muchas veces quienes más nos influencian en éste sentido son nuestros familiares y amigos. La sociedad hoy en día nos empuja a consumir, y en algunos casos somos incapaces de controlar nuestras emociones. Por ejemplo, sale el nuevo teléfono celular, y sentimos que “tenemos” que tenerlo, y salimos a comprarlo, como que nuestra felicidad dependiera de ello. Todos tenemos nuestro “punto débil”, ese punto donde debemos luchar para no caer en la tentación de salir a gastar dinero que muchas veces no tenemos.

Puede haber algunos casos donde efectivamente surgió una emergencia para lo que no estábamos preparados, aunque en el futuro estaremos preparados (o trataremos de estarlo) para éstas eventualidades, con un fondo de emergencias. Más adelante analizaremos el caso de los seguros, para que mires que te puedes cubrir prácticamente de cualquier riesgo que tengas.

Por último, puede ser que te endeudes porque no tienes suficiente información sobre tus finanzas personales. Si manejas mes a mes tu presupuesto, mantienes al día tus estados financieros y controlas tu información con razones financieras, lo más probable es que sepas de antemano de cuánto dinero dispones para determinado gasto, y si puedes o no afrontarlo sin caer en endeudamiento.

Seguiremos analizando éste tema, pero será hasta la próxima.

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Ejemplo de cómo salir de deudas


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martes, 10 de noviembre de 2009

Los Ahorradores son Perdedores (Savers are Losers)

Ésto es lo que declara Robert Kiyosaki en un video en inglés, en su sitio oficial. Es, además, uno de los puntos principales que destaca en su nuevo libro “La Conspiración de los Ricos”. Su argumento es que las reglas del dinero cambiaron en 1971, cuando el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, eliminó el patrón oro como respaldo para el dólar, convirtiéndolo en la divisa de reserva del mundo.

A partir de ese día, el respaldo del dólar ya no es oro, sino únicamente la confianza de los ciudadanos de los demás países del mundo en que los ciudadanos estadounidenses seguirán manteniendo el monstruo en el cual se ha convertido el gobierno de dicho país, con su déficit fiscal superior a $1.5 Billones, y aumentando.

El punto de Kiyosaki (y de muchos intelectuales muy respetados en EEUU y el mundo), es que las actuales crisis financieras que estamos sufriendo son debido a las acciones tomadas en 1971. Un aspecto en que se refleja ésto es la inflación, pues todos vemos que nuestro poder adquisitivo tiende a disminuir con el tiempo, pues los precios de las cosas se incrementan constantemente. Esto se debe al incremento en la masa monetaria circulante (acción provocada por los bancos centrales), lo que provoca un aumento generalizado en el nivel de precios. Mucha gente ha llegado a decir que la inflación es el impuesto más desgraciado de todos, pues es el principal generador de pobreza en un país, las personas pobres y de clase media no logran incrementar sus ingresos, al mismo tiempo que tienen que hacer recortes en su presupuesto para llegar a fin de mes, o lo que es peor, se endeudan para conseguirlo.

Kiyosaki dice que para ganar en el juego del dinero, tenemos que cambiar nuestra forma de pensar, pues las reglas de hoy en día son diferentes a las de hace 40 años.

Cualquier que haya leído mis artículos anteriores, sobre el plan de retiro y el ahorro para la jubilación, podría pensar que éstos conceptos de Kiyosaki riñen o descalifican todo lo que yo argumenté en ellos, y sin embargo, yo no pienso que eso sea así.

En primer lugar, es importantísimo que crees tu fondo de emergencia, pues éste evitará que caigas en deudas que no puedas afrontar, por imprevistos o accidentes que a cualquier persona le pueden suceder.

Con respecto al fondo para el retiro, o para tu jubilación, la situación se torna un poco más compleja. Si revisas la tabla que presenté en el artículo anterior, no contemplaba el efecto de la inflación. Si ajustamos los datos, con una tasa inflacionaria del 7% anual los porcentajes que deberías ahorrar son los siguientes:


Si lo ves, empieza a tomar sentido la frase que da el título a éste artículo. De verdad es triste pensar que una persona de 40 años de edad, tendría que ahorrar el 57% de sus ingresos para poder tener un buen retiro. Y no digamos que una persona de 50 años, ya casi es mejor que ni lo intente, pues para lograrlo deberá vivir con menos del 5% de sus ingresos, y ahorrar el resto.
Lo que yo te propongo es que comiences a ahorrar para tu retiro, si todavía no los haces. Si los has hecho por algunos años, y ya tienes algo ahorrado, entonces mi propuesta es que debes buscar opciones más rentables para invertir tu dinero. Es importante el ahorro, porque es difícil comenzar un negocio, invertir en bienes raíces, o en bolsa de valores, si no tienes “capital”. No digo que no se pueda, digo que sin duda será más complicado.
Parte de los objetivos de éste blog es que tú te decidas a buscar esas opciones de inversiones que te produzcan mejores rendimientos. Más adelante intentaremos ir descascarando más esas opciones, para que tu decidas cuál te conviene más. 


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jueves, 5 de noviembre de 2009

Más sobre los Fondos de Jubilación


La semana pasada comenzamos a abordar el tema del ahorro para el retiro, algunas de las razones que justifican hacer éste esfuerzo y sacrifico (que no podemos negar que eso es), y algunos requisitos previos, como tener un fondo de emergencias.

En resumen, podríamos decir que cualquier persona debiera tener entre sus prioridades guardar un poco para el retiro, para vivir una vejez tranquila, no ser una carga económica para otras personas (hijos, familiares, tributarios, etc), enfrentar los altos costos que seguramente tendrá el mantenimiento de la salud, y poder desarrollarse como persona.

Ahora surge la pregunta, ¿Cuánto debo ahorrar? La respuesta, como todo lo que tiene que ver con finanzas personales, es que depende. Depende de tu situación actual, depende de tu situación familiar, depende de tus sueños, de tus metas, depende de lo que quieras hoy y lo que quieras para el mañana.
Te voy a dar un ejemplo, que te puede dar una pauta de lo que puedes hacer. Supongamos que tienes 30 años, tienes ingresos por $2,000, quieres retirarte a los 65 años de edad, con los mismos ingresos que tienes hoy en día. Conste que muchos autores dicen que para hacer éste cálculo debes tomar un porcentaje de tus ingresos de hoy, asumiendo que tus gastos se van a reducir. Ésto puede ser cierto, pero yo prefiero pensar que podré gastar mi dinero en otras cosas mejores, ciertos lujos o gustos que quiera darme. Asumamos que tienes una opción para ahorrar con una tasa de interés del 7% (En Guatemala, un fondo de pensiones de un banco privado puede ofrecer esa rentabilidad, en moneda local).
Partiendo de esa información y haciendo los cálculos correspondientes, debieras de ahorrar un 9.7% de tus ingresos, es decir, $194 mensuales.

A continuación te muestro una tabla con los porcentajes de tu ingreso que deberás guardar, partiendo de la edad a la que comenzarás éste ahorro:


Para ser más claros, si tienes 40 años, y no tienes guardado ni un centavo, y quieres empezar hoy, deberás ahorrar un 21.1% de tus ingresos actuales, para poder gozar del retiro con los ingresos que tienes hoy en día. ¿Te imaginas lo que sería disfrutar del dinero que recibes mes a mes, sin hijos que mantener, sin casa que pagar (probablemente habrás terminado de pagar la hipoteca), y sin mayores gastos, más que tus necesidades básicas, tu salud y tus gustos?

Se han escrito varios artículos sobre el costo de no empezar a tiempo, y la tabla anterior lo muestra claramente. La situación se va tornando más y más crítica a medida que avanza el tiempo. Si tienes 50 años, y te dicen que debieras ahorrar el 53.1% de lo que ingresas al mes, tal vez te sientas totalmente desilusionado y al borde de un infarto. Te recomiendo que no saques conclusiones tan rápidas, pues hay mucha tela que cortar sobre éste tema.

Si no lo menciono en éste momento, puede ser que genere falsas expectativas, y pensarán que “se me olvidó” el tema de la inflación. No se me olvidó, pero simplemente no quise tratarlo en el artículo de hoy, sino que lo haré en el siguiente. El objetivo de hoy es motivar a que comiences hoy mismo a ahorrar para el futuro, sin importar la edad que tengas. Si sientes que ya no vale la pena, te recuerdo el dicho: “Más vale tarde, que nunca”. Verás que buscando podrás encontrar otras vías para lograr los mismos objetivos.

Y tú, ¿Tienes creado tu fondo de jubilación? ¿Te motivó el presente artículo a para crearlo hoy mismo?


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