Aquí viene el momento de la verdad. Tienes tu presupuesto de ingresos y de gastos, y sacas la diferencia entre ambos. En teoría, tus ingresos debieran ser mayores o iguales a tus gastos. En la realidad, tus gastos SÍ pueden ser mayores, sólo que tendrías que haber tomado alguno de los siguientes caminos para cubrir el diferencial:
- Consumes tus ahorros
Te endeudas
Ahora, ésta situación no parecería buena, aunque no debemos sacar conclusiones rápidas, que pueden resultar erróneas. Miremos un ejemplo: “Has ahorrado durante un año para comprar la televisión que tanto deseabas. Harás un desembolso por el valor total de la televisión, lo que es mayor que la cantidad que ingresaste ese mes”. Entonces estás consumiendo ahorro que con ese fin habías acumulado en los últimos meses. No hay problema.
Ahora, vamos a darle un pequeño giro, un poco más apegado a la realidad: “Tu vecino compró una super T.V., y tú sientes que no puedes quedarte atrás. Sales corriendo a la tienda más cercana, miras una “tele” igual, o incluso mejor que la del vecino, y la compras al contado, descontando directamente de tus ahorros”. En teoría ésta opción no está tan mal. Bueno, está mal dejarte llevar por lo que hizo el vecino, pero al final puede ser que esos ahorros los tenías para emergencias, para alguna compra en particular, o para tu retiro. Al final, el desembolso que tuviste fue mayor que los ingresos del mes, pero no te endeudaste para conseguirlo.
Por último, el caso típico (desafortunadamente): “Sales corriendo a la tienda más cercana, miras la T.V., te imaginas viendo tu programa o tu deporte favorito, lo sacas a cómodas mensualidades “sin intereses”, o peor aún, lo pagas con tu tarjeta de crédito, y listo”. Tu flujo de efectivo de éste mes saldrá perjudicado, y también el de los siguientes meses.
La diferencia entre los anteriores casos es clara. La primera opción podría considerarse la “ideal”, postergar la gratificación de tener la tele, ahorrar un poco cada mes, y cuando tienes el ahorro suficiente vas a comprarla. Lo bueno de la tecnología es que probablemente consigas algo mejor por el dinero que ahorraste, o lo que ibas a comprar está más barato que un año atrás.
En el segundo caso, consumes ahorros que tenías para otro fin. No postergaste la gratificación, pero tampoco incurriste en deudas que no sabías si ibas a poder honrar. Lo malo de ésta opción es que estás consumiendo ahorro, que podrías haber puesto a trabajar para ganar más dinero (como analizaremos en futuros artículos).
La última opción es la causa de los desvelos y angustias de muchas personas en el mundo entero. No tiene “ni donde caer muerto”, se gasta mensualmente lo que gana (pues no tiene nada de ahorros), y por si fuera poco, adquiere una deuda por varios meses, que “a ver cómo le hago” para pagarla.
Espero que con éste ejemplo hayas comprendido la importancia del flujo de efectivo, y de que siempre sea positivo. La situación de tener flujos negativos no te llevará a ningún lado. En algún momento consumirás todos tus ahorros, o te darás cuenta de que las deudas te están “ahogando”. Lo más triste será cuando llegue ese momento en que descubras que estás viviendo por encima de tu realidad, y estés acostumbrado a ese nivel de vida que no puedes darte.
Algunos autores, como Robert Kiyosaki, aseguran que el flujo de efectivo es el principal parámetro de tus finanzas personales. Para mí es uno de los principales indicadores, que es importantísimo medir, pues la información que lleva implícita es muy útil para tomar decisiones conscientes sobre el mejor uso que puedes darle a tu dinero. Más adelante compartiré contigo otros indicadores que complementan tu información financiera.
Ahora, vamos a darle un pequeño giro, un poco más apegado a la realidad: “Tu vecino compró una super T.V., y tú sientes que no puedes quedarte atrás. Sales corriendo a la tienda más cercana, miras una “tele” igual, o incluso mejor que la del vecino, y la compras al contado, descontando directamente de tus ahorros”. En teoría ésta opción no está tan mal. Bueno, está mal dejarte llevar por lo que hizo el vecino, pero al final puede ser que esos ahorros los tenías para emergencias, para alguna compra en particular, o para tu retiro. Al final, el desembolso que tuviste fue mayor que los ingresos del mes, pero no te endeudaste para conseguirlo.
Por último, el caso típico (desafortunadamente): “Sales corriendo a la tienda más cercana, miras la T.V., te imaginas viendo tu programa o tu deporte favorito, lo sacas a cómodas mensualidades “sin intereses”, o peor aún, lo pagas con tu tarjeta de crédito, y listo”. Tu flujo de efectivo de éste mes saldrá perjudicado, y también el de los siguientes meses.
La diferencia entre los anteriores casos es clara. La primera opción podría considerarse la “ideal”, postergar la gratificación de tener la tele, ahorrar un poco cada mes, y cuando tienes el ahorro suficiente vas a comprarla. Lo bueno de la tecnología es que probablemente consigas algo mejor por el dinero que ahorraste, o lo que ibas a comprar está más barato que un año atrás.
En el segundo caso, consumes ahorros que tenías para otro fin. No postergaste la gratificación, pero tampoco incurriste en deudas que no sabías si ibas a poder honrar. Lo malo de ésta opción es que estás consumiendo ahorro, que podrías haber puesto a trabajar para ganar más dinero (como analizaremos en futuros artículos).
La última opción es la causa de los desvelos y angustias de muchas personas en el mundo entero. No tiene “ni donde caer muerto”, se gasta mensualmente lo que gana (pues no tiene nada de ahorros), y por si fuera poco, adquiere una deuda por varios meses, que “a ver cómo le hago” para pagarla.
Espero que con éste ejemplo hayas comprendido la importancia del flujo de efectivo, y de que siempre sea positivo. La situación de tener flujos negativos no te llevará a ningún lado. En algún momento consumirás todos tus ahorros, o te darás cuenta de que las deudas te están “ahogando”. Lo más triste será cuando llegue ese momento en que descubras que estás viviendo por encima de tu realidad, y estés acostumbrado a ese nivel de vida que no puedes darte.
Algunos autores, como Robert Kiyosaki, aseguran que el flujo de efectivo es el principal parámetro de tus finanzas personales. Para mí es uno de los principales indicadores, que es importantísimo medir, pues la información que lleva implícita es muy útil para tomar decisiones conscientes sobre el mejor uso que puedes darle a tu dinero. Más adelante compartiré contigo otros indicadores que complementan tu información financiera.
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