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viernes, 30 de abril de 2010

¿Cómo puedo hacer que mi dinero rinda más?

Esta es una pregunta que yo me hago día tras día, y estoy seguro que tú, que lees y visitas éste blog, también lo haces constantemente. En diversos artículos he tratado el tema del ahorro, de la necesidad de buscar opciones más rentables para invertir el dinero, de la diferencia entre ingresos ganados e ingresos pasivos, y de la necesidad de aumentar los ingresos.

Muchas personas me dicen: “Ya aprendí a administrar mis finanzas, vivo de acuerdo a un presupuesto, tengo un poco de ahorros, y ahora, ¿En qué puedo invertir mi dinero?”, o “¿Qué puedo hacer para que mi dinero se multiplique?”. Desafortunadamente la respuesta a ésta pregunta no es tan sencilla, pero el objetivo de éste artículo es tratar de aclarar unos puntos básicos.

En primer lugar, tengo que decirte que no hay respuestas mágicas, tus circunstancias hacen que la respuesta a éstas preguntas las tengas que encontrar tú mismo, pues depende de tu edad, la educación y preparación que tengas, el lugar donde vives, la gente que conoces, las capacidades que tienes, o las que seas capaz de desarrollar.

Podemos definir que el objetivo de una inversión es obtener un retorno. Si estoy dispuesto a invertir $1,000, que podrían servirme para darme un lujo, irme de viaje, comprarme la nueva consola de video juegos, o cualquier otro “vicio financiero”, es porque prefiero sacrificar la satisfacción que me producirá hoy ese consumo, por la satisfacción que me producirá mañana el consumo que espero realizar con el retorno de dicha inversión. Por ejemplo, si esos $1,000 los invierto y los convierto en $5,000, ahora me puedo ir de viaje por más tiempo, o aparte del viaje puedo comprarme la consola de videojuegos y el Blackberry.

Sin embargo, eso de invertir $1,000 hoy y que se conviertan en $5,000 se dice más fácil de lo que se hace. Aparte de eso, no se si tú te has dado cuenta, pero la mayoría de personas no tiene ningún reparo en comprar una T.V. plasma de 42”, que cuesta $1,200 aunque tenga que pagarla en “cómodas mensualidades”, pero si tú le dices que invierta esos $1,200 (en un multinivel, por ejemplo), es la persona más desconfiada, hace mil quinientas preguntas, busca todas las excusas para convencerse que no es una buena idea y te manda de regreso por donde viniste. Y al final, sale corriendo a comprar la plasma.

Vamos a analizar las formas en que una inversión puede producir ingresos:
  • Renta: flujo de efectivo que ingresa periódicamente fruto de la inversión
  • Plusvalía: ganancia que se produce al vender la inversión
Algunas inversiones son netamente de renta, otras son de plusvalía, y otras que combinan ambas formas de recibir ingresos. Generalmente se dice que una inversión implica que los ingresos producidos no son fruto de tu esfuerzo (o por lo menos no de TODO tu esfuerzo), sino más bien, son fruto de tu dinero, y del esfuerzo de alguien más. Así que cualquier inversión en principio lleva implicito el concepto de apalancamiento, que analizaremos en otro artículo.

Para no dar lugar a confusiones, voy a aclarar el punto anterior. Por ejemplo, si pones un negocio, y tú te dedicas a administrarlo, el fruto de dicho negocio es fruto de tu esfuerzo, y por lo tanto es un ingreso ganado, no ingreso pasivo. Por más rentable que sea el negocio, si dejas de trabajar, el negocio deja de producir. Ý no es que sea malo, puede ser que seas un gran médico, inviertes en una super clínica y en contratar al mejor personal, y cobras una enorme suma de dinero por tus servicios, que hacen que el negocio sea sumamente rentable. Pero al final, si no estás tú, el negocio deja de serlo.

Existe una regla de cualquier inversión:
“Cualquier inversión lleva implicito un riesgo, y a mayor expectativa de rentabilidad, mayor es el riesgo”

Es importante tomar muy en cuenta ésta premisa, porque muchas personas hacen inversiones que a primera vista son muy rentables, y luego pierden parte de su capital (si no es que todo). Y ésto es por pura lógica, por ejemplo, si tengo la opción de invertir mi dinero en algo que tiene grandes posibilidades de tener éxito, mucho éxito, pero también tiene grandes oportunidades de fracasar, yo analizaré ambos escenarios, y al final puede ser que las expectativas de retorno me animen a tomar ese riesgo.

Generalmente cuando alguien fracasa en una inversión de alto riesgo, muchas personas opinan que eso le pasó “por ambicioso”, pero cuando alguien gana dinero en una inversión similar, esas mismas personas lo alaban “por visionario”. En fin, esa doble moral que algunas personas manejan. Lo importante es que si te decides a realizar una inversión sea porque has analizado los diferentes escenarios y has asumido el riesgo asociado a dicha inversión. De ésta forma, si la inversión resulta un fracaso, la pérdida que sufrirás será una “pérdida controlada”, y probablemente ya tendrás tus medidas de contingencia o un Plan B para reducir la pérdida.

Un punto que debes tomar en cuenta es que el riesgo es una percepción personal. Si tienes un capital de $100 mil para invertir, y detectas una oportunidad de invertir $2 mil, con la posibilidad de duplicarlo en 1 mes, aunque tengas una probabilidad de éxito de tan sólo el 25%, puede ser que te arriesgues a realizar dicha inversión. Sin embargo, si en lugar de eso tuvieras que invertir los $100 mil, con la misma probabilidad de éxito, y la misma tasa esperada de retorno (100%) lo más probable es que desecharías la opción.

En los próximos artículos seguiré analizando el tema de las inversiones, y recuerda, si tienes algún comentario o sugerencia, estás invitado a compartirlo con los lectores del blog. ¡Hasta la próxima!


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miércoles, 21 de abril de 2010

La Economía pasó el “Punto de no Retorno”


¿Has escuchado últimamente alguna discusión sobre éste tema? Varios economistas, sobre todo de la Escuela de Economía Austriaca, han estado exponiendo éste punto en los últimos meses. A pesar de no ser un experto en economia, trato de leer bastante sobre el tema, para poder prepararme para tomar las mejores decisiones financieras ante el panorama que se avecina.

Robert Kiyosaki, en su libro “La Conspiración de los Ricos”, ya había mencionado ésto del “Punto de no Retorno”. Ahora, en una actualización en inglés, del sitio electrónico del libro, confiesa Kiyosaki que él estaba especulando, o como diríamos en mi país, “tanteando”, cuando afirmó ésto en el mencionado libro. Dice Kiyosaki que recientemente acudió a un seminario del Ludwig Von Mises Institute, en el cual ellos dieron unos datos que confirmaron su sospecha.

El Mises Institute marca el “Punto de no Retorno” en base a 2 factores:
  1. La deuda soberana de un país supera el 73% del Producto Interno Bruto (PIB). En éste momento, la deuda de Estados Unidos es superior al 96% de su PIB
  2. La deuda soberana de un país supera el 230% del total de exportaciones. La deuda pública de Estados Unidos supera hoy el 748% del total de exportaciones

Podríamos concluir que, en efecto, la economía ha pasado el “Punto de no Retorno”.

Este, como muchos otros temas, puede resultar un punto controversial, principalmente por motivos ideológicos:

  • En primer lugar, porque la Escuela de Economía Austriaca defiende el libre mercado, la libertad individual y la reducción del estado como puntos primarios para poder alcanzar un auténtico estado de derecho, en el cual cada persona pueda alcanzar sus propios fines, sin violentar derechos de otras personas. Hoy en día, que el modelo socialista y estatista está siendo implantado en muchos países (y lo que es peor, en la mente de muchas personas), cualquier cosa que venga de la Economía Austriaca genera recelo y rechazo
  • En segundo lugar, muchos podrían decir que éstos parámetros se basan en hechos pasados, y que la economía ha cambiado, y que no es hoy lo que fue hace 50 años
Con respecto al primer punto, tengo que decir que soy un fiel creyente en la libertad como medio para que cada uno alcancemos nuestros fines, en un ambiente en el que se respeten nuestro fundamentales derechos a la vida, a la libertad, a la propiedad, y como díce la Consitución de EEUU, a la búsqueda de la felicidad. Esto obviamente implica que cada uno debe ser responsable de sus acciones, y que no podemos violentar iguales derechos de nuestros semejantes.

Con respecto al segundo punto, yo digo que esa esa la mentira que utilizan muchas personas para confundir a la gente, y que en lo simple está la verdad. Lo simple es que lo que no funciona para un individuo, no tiene por qué funcionar para una organización, o para una empresa, o para un país. Te lo explico: si estás endeudado “hasta el copete”, y sales corriendo a sacar una nueva tarjeta de crédito para cubrir tu déficit, estás cavando más profundamente el agujero donde te has de quedar enterrado. Lo mismo aplica para un país, al emitir más deuda, o más papel moneda, que para el caso es lo mismo, el problema no lo están resolviendo, siguen “dándole largas al asunto”, y ésta situación tarde o temprano va a explotar.

El punto es que tenemos que prepararnos para la situación que se avecina. En la historia de la humanidad se han vivido serias crisis económicas y financieras, y éstas crisis son la principal explicación de la caída en desgracia de grandes potencias mundiales en el pasado. Muchos economistas predicen una crisis hiperinflacionaria para Estados Unidos, y otros anticipan una época deflacionaria. El caso es que se viene una situación difícil, principiando por Estados Unidos, aunque tarde o temprano golpeará a todo el mundo.

Hemos escuchado noticias que dicen que la economía está mejorando, y otros lo comparan con los períodos de bonanza económica que vivió Alemania antes de sufrir una de las peores crisis hiperinflacionarias en la historia de la humanidad. Al fin y al cabo, nadie tiene una bola de cristal que permita predecir a ciencia cierta que sucederá.

Lo que puedo hacer yo, y puedes hacer tú, es estar preparados para lo que pueda venirse. Mi principal consejo es que te mantengas informado, y que aprendas sobre cómo administrar tus finanzas personales. Parafraseando a Kiyosaki, “si te preparas para los tiempos malos, conocerás sólo tiempos buenos”.

Y tú, ¿Te crees todo ésto del punto de no retorno? Comparte tu opinión, que nos ayuda a todos a aclararnos las ideas.


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martes, 6 de abril de 2010

El Ahorro y los Vicios Financieros

Recientemente leí un par de artículos que han llamado mucho mi atención, y me han puesto a pensar. Quisiera compartir algunas de éstas reflexiones contigo. En primer lugar, tengo que decir que soy una persona que apoyo el hecho de que vinimos a éste mundo a pasarla bien, a ser felices y a estar tranquilos. Siempre con el debido balance de vida, por ejemplo, no por pasarla bien hoy voy a dar rienda suelta a todos mis caprichos, que en el largo plazo puedan generar resultados perjudiciales, tanto a nivel físico, emocional o financiero.

Pienso que el dinero es una parte importante en el hecho de poder pasarla bien, ser felíz, y vivir tranquilo. El dinero, al final de cuentas, no es más que un medio para intercambiar el fruto de mi trabajo por otros bienes y servicios que considero importantes en mi vida. Si yo fuera capaz de producir o fabricar por mí mismo todos éstos bienes y servicios, entonces el dinero no sería importante, pero como no es así, entonces el dinero cumple esa función.

Como he repetido en varias ocasiones, considero que el ahorro debe estar dividido en cuatro subcategorías o cuentas. Estas son: 1) Inversiones, 2) Retiro (aunque en el mediano plazo se fusiona con la primera, 3) Emergencias, y 4) Consumo. Quisiera en ésta ocasión referirme a ésta última.

El ahorro para el consumo puede funcionar como un aliciente para seguir en la lucha diaria. Por ejemplo, el sueño de cambiar mi automóvil puede motivarme a salir de la cama todos los días, o la ilusión de hacer un viaje familiar puede provocar que me esfuerce un poco más cada día para lograr mejores resultados. Cuando la situación en temas laborales o empresariales se pone complicada esa meta que tengo puede servir de salvavidas para mantenerme a flote.

De la misma forma, podrías considerar los “vicios financieros”. Y lo digo así, tal y como lo leí en un artículo en inglés, a pesar de la connotación negativa que podría tener esa palabra. Un vicio es un hábito repetitivo, que generalmente es considerado inmoral o degradante para la sociedad. Sin embargo, me gustaría considerarlo aquí de la misma forma en que lo consideró el autor del mencionado artículo. Un vicio financiero es el hábito de adquirir un producto o servicio, que incluso estamos dispuesto a pagar una cifra premium, o un valor adicional al que la mayoría de personas estarían dispuestos a pagar por el mismo bien o servicio.

El vicio financiero es aquel gasto que tenemos considerado en nuestro presupuesto, y que a la mayoría de las personas les podría parecer extremo, extraño, iluso o tonto, pero que para nosotros es importante. Por ejemplo, una vez conocí a una pareja que le gustaba coleccionar películas en DVD, y su casa estaba prácticamente tapizada de ellas, según mi opnión, hasta el punto en que de seguro no habían ni visto la mitad de ellas.

Otros ejemplos de vicios financieros podrían ser la afición de ir al estadio, o de practicar algún deporte “raro”, coleccionar estampas, o “comics”. Para otras personas puede ser ir al salón de belleza, o comprar zapatos, o prendas de ropa. Otras personas pueden comer en lugares “exóticos”, o tener aficiones “extrañas”. Unos arreglan su automóvil para que sea más veloz, y otros su moto, o hasta la bicicleta o la patineta. Algunos cambian de teléfono celular como si fuera su ropa interior. Relojes, video juegos, equipos electrónicos, artículos de ropa, comidas, bebidas, y un sin fin de artículos pueden ser considerados en ésta lista. Incluso pueden ser otros servicios, como visitar un spa o asistir a sesiones de coaching.


En fin, a unos les puede parecer extraño, pero al final, son esas pequeñas cosas en las que gastamos mes a mes, y que nos mantienen a flote, nos motivan a seguir adelante, nos distraen de las carreras y las preocupaciones diarias. A pesar de que nadie nos entiende, así somos felices. Y está bien, todos los tenemos, y si a ti te sirve, eres libre de hacerlo.

De hecho, algunas personas llegan incluso a decir que es una parte fundamental de alcanzar la libertad financiera el hecho de presupuestar un porcentaje de tus ingresos para tus “gustos” o “vicios” financieros, lo cual no deja de tener su lógica. Por ejemplo, si destinas un 5% de tus ingresos a tu “vicio”, te sentirás más motivado a elevar tus ingresos, con tal de poder disfrutar más de dicho vicio. Así, el 5% de $1,000 es $50, y el 5% de $5,000 es $250.

En mi caso personal, mi vicio financiero son los libros, de los cuales suelo comprar más de los que leo. Incluso mantengo un listado de libros que quiero comprar, que sobrepasa los 300 libros. De verdad es un vicio, generalmente evito pasar frente a las ventas de libros, para no caer en la tentación de gastar de más. De hecho, en éste momento, me encuentro en una etapa de lectura intensiva, y me comprometí a no comprar ningún libro nuevo hasta que termine los que tengo en casa.

Algunas recomendaciones que puedo hacerte para que no pierdas la brújula y sigas en el camino correcto son:
  • El vicio financiero no puede alejarte de tus metas financieras (y no financieras) de corto, ni mediano, ni de largo plazo
  • Tiene que estar acorde a tu nivel de ingresos. Será conveniente determinar el porcentaje máximo de tus ingresos que destinarás para éste fin
  • Tienes que cuestionarte si dicho vicio es realmente importante para tí, o es unicamente un capricho pasajero, un impulso esporádico, probablemente influído por terceras personas
  • Si vives en pareja (o en familia), tu y tu pareja tienen que estar totalmente enterados de los vicios financieros de cada uno, y aceptarlos y respetarlos, aunque no los entiendan (siempre y cuando no ponga en riesgo la estabilidad del hogar)
  • Dado que es un “vicio”, conviene que te cuestiones si puedes “controlarlo”. No vaya a ser que te embarques en un vicio del que luego no puedas desprenderte, y termine causandote una gran crisis financiera (como de hecho ocurre con otros vicios, como el juego, la bebida o las drogas)
  • Otro aspecto que es recomendable, aunque dependerá de tu situación financiera, personal y familiar, es que no tengas más de un vicio a la vez
Espero que éstas reflexiones te hagan capacitar, principalmente sobre cuales son esos satisfactores o motivadores que te permiten seguir adelante, día tras día, luchando para ser mejor.

Y tu, ¿Tienes un vicio financiero? Compártelo con nosotros.

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